Cuando Mel Gibson y Robyn Denice Moore decidieron terminar su matrimonio de 22 años, pocos imaginaban que su separación se convertiría en uno de los divorcios más caros en la historia de Hollywood. Robyn recibió una cifra impresionante de 425 millones de dólares como parte del acuerdo, estableciendo un récord en la industria del entretenimiento.

La relación de Mel y Robyn comenzó mucho antes de que el actor alcanzara fama mundial. En 1980, tras protagonizar la exitosa película Mad Max, Mel se casó con Robyn, quien por entonces trabajaba como higienista dental. Juntos formaron una familia numerosa, teniendo siete hijos durante más de dos décadas. Desde su hija mayor, Hannah, hasta su hijo menor, Thomas, la pareja parecía simbolizar la estabilidad familiar a pesar de la vida pública de Mel.
Sin embargo, como sucede en muchas relaciones, el paso del tiempo y las circunstancias desgastaron su matrimonio. En 2003, decidieron separarse, aunque permanecieron legalmente casados durante tres años más. Finalmente, en 2006, Robyn solicitó el divorcio. Fue en ese momento cuando el público se enteró del acuerdo financiero sorprendente: Robyn recibió aproximadamente la mitad de la fortuna de Mel Gibson, que entonces ascendía a 850 millones de dólares.
Este divorcio no solo fue un golpe financiero, sino que también puso en primer plano la vida personal del actor, quien, después de la separación, tuvo dos hijos más con diferentes parejas. En 2009, Mel tuvo a su hija Lucia con la cantante rusa Oksana Grigorieva, y en 2017, nació su hijo Lars con la actriz y guionista Rosalind Ross.

Por su parte, Robyn ha mantenido un perfil bajo después de la separación. Aunque antes de su relación con Mel llevaba una vida alejada del espectáculo, ahora parece disfrutar de una tranquilidad que contrasta con la atención mediática que alguna vez acaparó. Según se reporta, en 2022 adquirió una propiedad en Malibú, California, sumando una nueva residencia a las que ya poseía en la zona. No obstante, se desconoce si realiza otras actividades además de gestionar su fortuna, ya que desde el divorcio ha evitado la exposición pública.
Mientras tanto, Mel Gibson sigue activo en la industria del cine, tanto como actor como director. Sin embargo, su relación más longeva sigue siendo la que tuvo con Robyn. A pesar de que su matrimonio terminó hace casi 20 años, su historia continúa siendo un recordatorio del alto costo, tanto emocional como financiero, que la fama puede conllevar.
Este caso ejemplifica cómo incluso las parejas más duraderas de Hollywood pueden enfrentar rupturas monumentales, dejando una huella indeleble no solo en sus vidas, sino también en la memoria colectiva del público.