La receta de trenza de levadura de la bisabuela es un clásico que ha sido transmitido de generación en generación. Su sabor suave y su textura esponjosa hacen de este pan dulce una opción perfecta para acompañar el desayuno, la merienda o como un toque especial para una celebración. La combinación de leche, azúcar y manteca le da un sabor delicado y una textura aireada, mientras que el toque de azúcar granulado por encima crea una capa crujiente irresistible. Esta receta es fácil de hacer y puede adaptarse para preparar panecillos o bollos individuales si preferís variar un poco la presentación.

Ingredientes
Para la masa:
- 300 ml de leche
- 100 g de azúcar
- 1 sobre de azúcar de vainilla (o una cucharadita de esencia de vainilla)
- 70 g de manteca
- 20 g de aceite
- 2 huevos
- ½ cubo de levadura fresca (aproximadamente 20-25 g)
- 550 g de harina (aproximadamente)
Para la cobertura:
- 1 huevo (para pintar)
- 1 cucharada de azúcar granulado (para decorar)
Preparación paso a paso
1. Preparar la masa
- En una cacerola, calentá la leche a fuego suave (sin que hierva) y agregá el azúcar, el azúcar de vainilla, la manteca y el aceite.
- Revolvé hasta que la manteca se derrita y todos los ingredientes estén bien integrados.
- Retirá del fuego y dejá entibiar hasta que la mezcla esté apenas tibia (aproximadamente 30-35°C).
2. Activar la levadura
- Desmenuzá la levadura en la mezcla tibia y revolvé hasta que se disuelva por completo.
- Dejá reposar durante 5-10 minutos para que la levadura comience a activarse. Vas a notar que empiezan a formarse burbujas en la superficie, lo que indica que la levadura está funcionando.
3. Hacer la masa
- En un bol grande, colocá la harina y hacé un hueco en el centro.
- Verté la mezcla de leche y levadura en el centro y agregá uno de los huevos.
- Mezclá con una cuchara de madera hasta que la masa empiece a tomar forma.
- Amasá sobre una superficie enharinada durante unos 8-10 minutos, hasta obtener una masa lisa y elástica. Si la masa está demasiado pegajosa, agregá un poco más de harina, pero sin excederte para que no quede dura.
4. Dejar leudar
- Colocá la masa en un bol ligeramente aceitado y tapala con un paño limpio.
- Dejá reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 45 minutos o hasta que duplique su tamaño.
- Si hace frío, podés dejarla leudar en el horno apagado con la luz encendida o a 50°C para facilitar el proceso.
5. Hacer la trenza
- Una vez que la masa haya duplicado su tamaño, dividila en tres partes iguales.
- Formá tres tiras de masa y empezá a trenzar desde el centro hacia los extremos para lograr una trenza uniforme.
- Colocá la trenza sobre una bandeja para horno cubierta con papel manteca.
- Dejá reposar durante otros 15-20 minutos para que leve nuevamente.
6. Pintar y decorar
- Batí el huevo restante y pincelá suavemente la trenza.
- Espolvoreá el azúcar granulado por encima para darle una textura crujiente y un toque dulce.
7. Hornear
- Precalentá el horno a 190°C (calor arriba y abajo).
- Horneá la trenza durante 22-25 minutos, o hasta que esté dorada y suene hueca al golpearla ligeramente en la base.
- Si ves que se está dorando demasiado rápido, podés cubrirla con papel aluminio para evitar que se queme.
8. Dejar enfriar
- Retirá la trenza del horno y dejala enfriar sobre una rejilla para que mantenga su textura crujiente por fuera y esponjosa por dentro.
Consejos para una trenza de levadura perfecta
- Temperatura de la leche: La leche debe estar tibia, pero no caliente, para activar la levadura sin matarla.
- Usá manteca de buena calidad: La manteca de buena calidad aporta un mejor sabor y una textura más suave.
- Evitar el exceso de harina: Si la masa está muy seca, la trenza puede quedar dura. Es mejor que quede un poco pegajosa al principio y luego corregir con un poco de harina si es necesario.
- Pintar con huevo: Si querés un acabado más brillante, podés agregar una pizca de azúcar al huevo batido antes de pintar la trenza.
- Azúcar granulado: Si no tenés azúcar granulado, podés usar azúcar común o almendras laminadas para decorar.
- Variantes: Podés agregar pasas de uva, trocitos de chocolate o almendras a la masa para darle un toque diferente.
Variaciones y alternativas
- Versión salada: Si preferís una versión salada, podés reducir el azúcar y agregar hierbas frescas o queso rallado.
- Versión con frutos secos: Podés agregar nueces picadas o almendras fileteadas a la masa o como decoración.
- Mini trenzas: Si querés hacer porciones individuales, podés dividir la masa en partes más pequeñas y formar mini trenzas.
Conclusión
La trenza de levadura de la bisabuela es una receta clásica que nunca pasa de moda. Su combinación de suavidad, dulzura y textura esponjosa la convierte en un pan perfecto para cualquier ocasión. Ya sea para acompañar una taza de té o como parte de un desayuno especial, esta trenza siempre será un éxito. Seguí los pasos y consejos para lograr una trenza dorada, aireada y deliciosa que sorprenda a todos en la mesa.