Cheesecake de limón sin hornear.

Cheesecake de limón sin hornear.

¿Querés un postre fácil, fresco y que te haga quedar como un chef sin siquiera prender el horno? Esta tarta de queso con limón es un clásico que nunca falla. Ideal para el verano, para acompañar una buena merienda o para coronar una comida abundante con algo liviano pero tentador. Con pocos ingredientes y sin pasos complicados, vas a lograr un postre que conquista a cualquiera.


¿Por qué vas a amar esta receta?

  • No necesitás horno: Ideal para días calurosos o cuando no querés ensuciar demasiado.
  • Textura increíble: Cremosa, liviana, con ese toque justo entre lo dulce y lo ácido.
  • Nivel de dificultad: cero estrés: Apta para principiantes, sin técnicas raras.
  • Queda hermosa: El lemon curd le da un toque profesional que entra por los ojos.

Ingredientes

Para la base:

  • 250 g de galletitas tipo María (o las que tengas, con sabor neutro)
  • 55 g de manteca derretida

Para el relleno:

  • 400 g de leche condensada azucarada
  • 450 g de queso crema entero (temperatura ambiente)
  • 1 sobre de gelatina sin sabor instantánea (o 6 hojas hidratadas)
  • Jugo de 2 limones grandes (recién exprimidos)
  • 6 cucharaditas de lemon curd (opcional, pero le suma mucho)

Cómo prepararla paso a paso

1. Armá la base

  • Triturá las galletitas a mano o en procesadora hasta que queden como arena gruesa.
  • Mezclalas con la manteca derretida hasta que quede una mezcla húmeda y pareja.
  • Forrá la base de un molde desmontable (22 cm aprox.) con papel manteca, volcá la mezcla y presioná con el dorso de una cuchara o un vaso para compactar bien.
  • Mandá la base a la heladera 15 a 20 minutos para que endurezca.

2. Hacé la crema

  • En un bowl grande, batí el queso crema con la leche condensada hasta que quede bien liso y sin grumos.
  • Aparte, disolvé la gelatina en el jugo de limón (si es en hojas, hidratala antes en agua fría).
  • Sumá el jugo con la gelatina a la mezcla de queso y batí hasta que se integre todo por completo.

3. Armá la tarta

  • Sacá la base de la heladera y volcá la crema encima.
  • Alisá con una espátula.
  • Poné cucharaditas de lemon curd encima y con un palillo hacé dibujos tipo marmolado. Queda espectacular.

4. Frigorífico y paciencia

  • Llevá la tarta a la heladera por mínimo 4 horas, pero lo mejor es dejarla de un día para el otro.
  • Cuanto más repose, mejor textura y más sabor.

5. A servir y disfrutar

  • Desmoldá con cuidado.
  • Decorá con ralladura de limón, hojas de menta o frutas frescas (arándanos, frutillas… lo que tengas a mano).
  • Servila bien fría. Acompañala con un cafecito, un té helado o un mate.

Consejos que marcan la diferencia

  • Querés más sabor a limón? Agregale ralladura a la crema o unas gotitas de esencia de limón.
  • Sin lemon curd? Podés hacer una versión casera rápida, usar dulce de frutos rojos o dejarla así, queda igual riquísima.
  • Querés que sea más ligera? Usá queso crema light y galletitas integrales.
  • Para una versión sin gluten: Usá galletitas aptas, hay varias en el mercado.
  • Para invitados exigentes: Hacela en moldes individuales, ¡queda re gourmet!

Conclusión

Esta tarta de queso y limón sin horno es de esas recetas que te salvan: se hacen rápido, quedan bien con todo el mundo, y siempre te preguntan «¿me pasás la receta?». Tiene esa mezcla justa de simpleza, elegancia y sabor que la convierte en un comodín infalible para cualquier ocasión. Así que no lo dudes: animate a hacerla, poné tu sello personal y regalate ese gustito dulce y refrescante que te merecés.

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