Receta de pan casero de la abuela con 100 años de antigüedad.

No hay nada mejor que el aroma del pan recién horneado llenando la casa. Esta receta de pan casero tiene más de 100 años de historia y ha pasado de generación en generación, conservando su sabor y textura únicos. La combinación de ingredientes simples y naturales, junto con una preparación tradicional, convierte a este pan en una verdadera joya culinaria.

Este pan es perfecto para acompañar cualquier comida, ya sea dulce o salada. La miga es suave y esponjosa, mientras que la corteza es dorada y crujiente. El secreto está en el proceso de fermentación lenta, que permite desarrollar todo el sabor del pan y lograr una textura perfecta.

Si querés revivir el sabor de los panes caseros de antaño y disfrutar de una experiencia auténtica en la cocina, seguí esta receta paso a paso y descubrí el encanto de hacer pan en casa.


Ingredientes

Para un pan de aproximadamente 26 cm:

  • 1 cubo de levadura fresca (25 g).
  • 15 g de margarina o manteca blanda.
  • 10 g de sal.
  • 450 g de harina de trigo (tipo 550 o harina de fuerza).
  • 280 ml de agua tibia.

Preparación

1. Preparar la masa

  1. Colocá la harina en un bol grande y mezclala con la sal.
  2. Disolvé la levadura en el agua tibia y agregala a la mezcla de harina.
  3. Añadí la manteca o margarina blanda.
  4. Amasá la mezcla con las manos o con un gancho de amasar durante 3 a 5 minutos. Empezá a velocidad baja y aumentá gradualmente hasta obtener una masa homogénea y elástica.

Consejo: Si la masa está demasiado seca, añadí un poco más de agua. Si está muy pegajosa, espolvoreá un poco de harina adicional.


2. Dejar reposar la masa

  1. Precalentá el horno a 100 °C y luego apagalo.
  2. Cubrí la masa con un paño de cocina limpio y dejala reposar en el horno apagado durante 25 a 30 minutos hasta que doble su tamaño.
  3. La masa debería quedar esponjosa y aireada.

Consejo: Para crear un ambiente húmedo que favorezca la fermentación, colocá un recipiente con agua caliente en el horno mientras la masa reposa.


3. Formar el pan

  1. Retirá la masa del bol y colócala sobre una superficie enharinada.
  2. Amasá ligeramente para eliminar el exceso de aire.
  3. Formá un cilindro o una bola (según la forma que prefieras para el pan).
  4. Colocá el pan sobre una bandeja de horno cubierta con papel manteca.
  5. Cubrí el pan con un paño y dejalo reposar otros 30 minutos hasta que vuelva a duplicar su tamaño.

Consejo: Para darle una forma más rústica, podés hacer algunos cortes diagonales en la parte superior antes de hornear. Esto también ayuda a que el pan se expanda mejor en el horno.


4. Hornear el pan

  1. Precalentá el horno a 215 °C (arriba y abajo) o 190 °C (convección).
  2. Colocá una bandeja con agua en la parte inferior del horno para crear vapor (esto ayuda a conseguir una corteza más crujiente).
  3. Horneá el pan durante 40 a 50 minutos hasta que la corteza esté dorada y crujiente.
  4. Si querés una corteza más crocante, podés rociar el pan con agua después de los primeros 10 minutos de horneado.

Consejo: Para comprobar si el pan está cocido, golpeá ligeramente la base del pan. Si suena hueco, está listo.


5. Enfriar y servir

  1. Sacá el pan del horno y dejalo enfriar sobre una rejilla.
  2. Cortá en rodajas y disfrutalo con manteca, mermelada o queso.

Consejo: Para conservar el pan fresco por más tiempo, guardalo en una bolsa de tela o una caja de pan a temperatura ambiente.


Consejos adicionales para un pan perfecto

  • Usá harina de buena calidad: La harina de fuerza o tipo 550 tiene un alto contenido de gluten, lo que da como resultado una miga más elástica y aireada.
  • Controlá la temperatura del agua: El agua debe estar tibia (aproximadamente 35 °C). Si está muy caliente, matará la levadura y el pan no crecerá correctamente.
  • Añadí semillas o frutos secos: Para darle un toque extra de sabor, podés agregar semillas de girasol, lino o nueces a la masa antes de hornear.
  • No te saltees el tiempo de reposo: La fermentación lenta es clave para obtener un pan con una miga suave y una corteza crujiente.
  • Si querés una corteza más dorada: Podés pincelar la superficie del pan con un poco de agua o leche antes de hornear.

Variaciones de la receta

  • Pan integral: Sustituí el 50% de la harina de trigo por harina integral para obtener un pan más rústico y nutritivo.
  • Pan con hierbas: Añadí albahaca, romero o tomillo seco a la masa para un sabor más aromático.
  • Pan dulce: Agregá una cucharada de miel o azúcar a la masa para darle un toque ligeramente dulce.

Sugerencia de acompañamiento

Este pan casero combina a la perfección con una amplia variedad de alimentos:

  • Con mermelada y manteca para el desayuno.
  • Con queso y aceitunas como entrada o aperitivo.
  • Con una sopa caliente o una ensalada para una comida ligera.
  • Como base para bruschettas con tomate y albahaca.

Conservación

  • Este pan se mantiene fresco durante 2 a 3 días a temperatura ambiente.
  • Si querés conservarlo por más tiempo, podés congelarlo en rebanadas y calentarlo en el horno o tostadora cuando quieras consumirlo.

Conclusión

Esta receta de pan casero de la abuela, con más de 100 años de historia, es una verdadera joya de la cocina tradicional. El proceso de amasado y fermentación lenta permite que el pan desarrolle todo su sabor y textura. La corteza dorada y crujiente contrasta perfectamente con la miga suave y esponjosa.

Hacer pan en casa puede parecer complicado, pero con esta receta fácil y detallada, obtendrás resultados espectaculares. Volvé a los sabores tradicionales y disfrutá de un pan casero que te transportará a la cocina de la abuela con cada bocado.

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